jueves, 23 de abril de 2009

Las ideas infelices


-hay ideas de todo tipo, están las populares y las que no, las que nos traen los especialistas y pueden deformarse, mezclarse con otras o venirse en picada porque llegan otras más seductoras o con más prensa que por algo será; también están las que sirven para consumir, votar, criar hijos, estar siempre linda, siempre joven; están las ideas optimistas y las pesimistas, las que te dejan hacer alguna cosa y las que no te dejan para nada, y porqué será que me acuerdo de las religiosas y las que no, las científicas, las cómodas, las exigidas, las paranoicas, las leales, las traidoras, las más cuestionadas, las más salvajes, las que más escuchan los/as psicólogos y más escuchan los abogados, los médicos, los ciegos, los sordos, las que más repiten los políticos, los artistas, los hijos, las madres, las abuelas, los viejos, los malos y los buenos.
Todavía no sabemos cuándo una idea es mejor que otra pero algo malo pasa con ellas allí donde haciendo todo con ideas hay gente pobre, con hambre, miedo, violada, asesinada, agotada, desconfiada, discriminada, empastillada, deprimida y humillada.

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